Un talento natural para la composición. Lo dice un maestro como Steve Earle. A Malcolm le sucederá, si nadie pone remedio, lo mismo que a artistas malditos como Townes Van Zandt o Blaze Foley. Paseando su maltrecha estampa, la mala vida pasa factura a su organismo, por pequeños bares y clubes hasta el día en que el destino ponga punto y final a su estancia en este mundo cruel. Entonces se le descubrirá, nacerá un culto y se convertirá en icono. En nuestras manos está que eso no llegue a ocurrir. Disfrutémosle ahora, en este preciso instante, cuando podemos verle en directo, en su próxima gira, dejando que nos robe el alma un repertorio nacido de las experiencias vitales de un hombre que las ha visto de todos los colores.
Jueves 14 de abril. Teatro Arbolé.