Con fuego corriendo por sus venas en vez de sangre y una sabiduría atesorada a lo largo de este medio siglo de buena música, Ekain Elorza (a la bateria), conocido hijo adoptivo de la capital como batería de Dinero y de los vascos Cobra, José Alberto Solís (al bajo), bajista fajado a las órdenes del Gran Wyoming y sobre todo en Última Experiencia, y un desconocido y jovencísimo Eduardo M. Molina (Tomaccos, Idealipsticks, El Kanka), a la voz y la guitarra, se encerraron en un estudio de grabación a las órdenes de Juan de Dios Martín (cerebro y productor), (Amaral, Barón Rojo, Camarón, Deluxe…), para parir el sonido del diablo. Rock ‘n’ roll de alto voltaje, super bestia y muy macarra.
Nacidos y unidos por la pasión por la música, sus conciertos clandestinos han forzado la máquina para salir al exterior. Sacando progresivamente a la luz sólo pequeños retales en forma de videos estrenaron “Hipnosis” (2014), su primer lanzamiento discográfico. Con los que consiguieron la friolera de más de 10.000 visitas en escasos tres días es sólo compartidos por las redes sociales personales de sus componentes.