Con la cabeza sobre los hombros
Bajo el cielo protector de la aldea global, se hace complicado ir por el mundo con la etiqueta de artista colgada en la espalda. Hay que estar hecho de una pasta muy especial para ir sorteando con humana dignidad las constantes trampas que tiende la providencia. El oficio de cantautor ha evolucionado con los siglos, pero no por eso ha dejado de ser un oficio. Y pocos son los que prefieren andar camino en vez de montar en globo, a sabiendas de que se van a dejar las suelas de los zapatos en el intento de ser oídos sin más pretensiones que las de vivir y disfrutar de ello.
Paseando con Dani Flaco por L’Hospitalet, me di cuenta de que se trata de un tipo que tiene la cabeza sobre los hombros. Aunque lo presumía por la sana actitud que siempre ha mostrado en los ratos compartidos, por el desparpajo con el que se presenta y, todo sea dicho, por la manera con la que ha encajado mis críticas, ahora lo sé a ciencia cierta. Y no exagero al afirmar que, después de más de tres décadas de dedicación a la causa periodística, aun me resulte extraño encontrarme con un cantautor que se comporte igual en público que en privado. Igual el secreto está en que, como es de Bellvitge, el Flaco sabe perfectamente cual es el paisaje que le rodea.
Escuché con atención las once piezas que componen Secretos de sumario. Lo hice con nocturnidad y alevosía, con los auriculares bien calados para no perder detalle, y el resultado fue inflamante. Claro está que podía buscarle los tres pies al gato e irme por las ramas en busca y captura de jugosas comparaciones, o de recurrir a frases tan poco profesionales cómo la de que ya está todo inventado. Pero no pude y no quise. No pude porque me sentí seducido por la frescura que desprenden todas y cada una de las composiciones que lo integran, y no quise porque supe que estaban construidas sin más material que la sinceridad.
Así se lo planteé al Flaco poco después cuando nos fuimos de tapas y copas. No se atrevió a confirmar que es su disco más personal, tal vez por el pudor a sentirse transparente. Pero estuvimos de acuerdo al describirlo como una obra valiente, atrevida en las letras y en los ritmos, más libre y abierta estilísticamente que las tres anteriores. Como se intuye en el título, Secretos de sumario es un cedé en el que se descubren amores y desamores en un manojo de canciones narradas en primera persona y cantadas con una voz que se desgarra aun más si cabe porque brota de las profundidades. Son once temas elaborados a fuego lento en la intimidad de un taller artesanal, porque éste es el único sistema para crear el ambiente idóneo en el que desnudar los sentimientos. No me cansaré de escribirlo, el amigo Dani Flaco es un tipo con la cabeza sobre los hombros.
J.M. Hernández Ripoll
Periodista musical
Viernes 20 de mayo. La Campana de los Perdidos.