El sudafricano es un guitarrista clásico, de maestría técnica envidiable, espíritu aventurero y apuestas certeras. Lo desafio parecia intangible, pero Gripper consiguió transformar para siempre el abordaje a la guitarra clásica, adaptando el vasto y rico repertorio africano, de virtuosos instrumentistas como Toumani Diabaté, Ballaké Sissoko y Ali Farka Touré, colocándolo en el escenario de la música occidental de nuestros días. Su trabajo conquistó público y crítica mundiales y sobre todo a los propios músicos de Mali, cuyas composiciones adaptó, iniciando 2016 una residencia artística y algunos conciertos en Mali, invitado por Toumani Diabaté.