Bajo la lógica que vuelve natural al caos y artificial al orden, proponemos realizar un experimento físico y conceptual del espacio expositivo. Colección XVIII. Diego Bianchi es un ejercicio de desarme. El cubo blanco, ese espacio neutro, sin ventanas, conformado por paredes blancas y fuente lumínica emitida de arriba hacia abajo, se convierte en la materia prima de un posible desarme. A partir de la ausencia de moldes o guías de comportamiento definidos de antemano, el proyecto subraya algunas de las convenciones expositivas.