Es una de esas películas que todos hemos visto al menos una vez. Dirty Dancing se estrenó a finales de los 80 contándonos una historia de amor más o menos imposible entre Patrick Swayze y Jennifer Grey al ritmo de música sensual y bailes políticamente incorrectos. Ahora, tenemos la oportunidad de disfrutar de todo ello en el teatro gracias a su versión musical. La obra nos lleva al verano de 1963. Baby Houseman se hospeda en el lujoso hotel Catskill Mountains junto a sus padres y su hermana. Aburrida con las actividades que proponen los animadores, una noche descubre accidentalmente una fiesta donde los empleados bailan de una forma muy provocativa. Atraída por ese mundo, poco a poco entabla una relación con el atractivo profesor de baile Johnny Castle, convirtiéndose en su pareja dentro y fuera de la pista. Sin embargo, los problemas y las diferencias que les separan no tardarán en aparecer.
