La exposición Dulce agua. Ideas para un futuro de escasez muestra objetos relacionados con el consumo de agua, como algunas nuevas interpretaciones del botijo, botellas y jarras pensadas para que desaparezcan las botellas de plástico de las mesas de los restaurantes. También ejemplos de fuentes públicas, que cada día serán más comunes, así como artilugios diseñados para su purificación –como los filtros que tienen efecto inmediato–, artefactos que usan la energía solar para desalinizar el agua o estructuras que pueden facilitar la recolección del agua de lluvia y también filtrarla para su consumo. Además, en relación a la polución de los océanos, se muestran una selección de muebles y objetos realizados en plástico rescatado del mar, desde prendas de ropa y calzado hasta sillas o tejidos. Asimismo, en la muestra se llama la atención sobre algunos excesos del mundo de la moda como el hecho de que se empleen 10.000 litros de agua para fabricar un solo pantalón vaquero y se enseñan algunas alternativas.