El árbol de la fantasía nos transporta a nuestra infancia, donde todos hemos tenido (como el leñador de la obra), un amigo real o imaginario al que hemos olvidado en un rincón de nuestro subconsciente a causa de la agitada vida del adulto.
Por eso, la obra el árbol de la fantasía quiere recuperar a ese amigo tan importante que encierra todos nuestros sueños e ilusiones, fantasías olvidadas al crecer.
Realmente los niños de hoy en día cada vez tienen menos imaginación pues estamos en una época en que lo material y lo tecnológico está achicando valores tan importantes como la amistad y el respeto a la naturaleza y hacia los demás, el placer de jugar por puro divertimento en un mundo lleno de competitividad. Con esta obra pretendemos recuperar esos valores tan importantes y tan gratificantes para que ninguno de nosotros nos sintamos vacíos como máquinas de hojalata.