Uno de los monólogos más aplaudidos en los teatros españoles, el El Lararillo de Tormes interpretado por Rafael Álvarez ‘El Brujo’, regresa a los escenarios. El desaparecido Fernando Fernán-Gómez fue el responsable de adaptar este clásico de la literatura picaresca española a este formato tan especial. Una confesión en voz alta de todas las acciones pícaras de Lázaro: nació cerca de Salamanca y desde muy joven estuvo al servicio de diferentes amos, de los cuales no se sabe cuál era el más avaro, pero de todos ellos siempre aprendió alguna cosa. Cada uno de estos personajes es un buen ejemplo de aquella España del Siglo de Oro: un ciego, un clérigo o un gentilhombre. Él afirma: "Cada vez que lo represento disfruto especialmente. Nunca he dejado de conectar con el público de una manera especial. La satisfacción del gozo no se puede fingir, y yo gozo de veras con esta obra".