Diferentes obras tratan de dar una visión caleidoscópica, siempre muy incompleta, de la estética china. Hay figuración, hay paisaje taoísta, hay abstracción, hay bodegón, hay grabado, hay caligrafía, hay thangkas budistas, hay presente y hay tradición, muchas veces con pintores completamente desconocidos, otras con pintores anónimos, pero siempre con una filosofía llena de energía, simplicidad y delicadeza.