Cronología de las bestias nace de la necesidad de indagar hasta dónde es capaz el ser humano de mentir, de mentirse. Y de la sospecha de que una mentira fundacional, requiere de un gran tejido de otros (pequeños o grandes) engaños y autoconvencimientos indispensables para sostenerla. Y de que rápidamente se puede ir la vida en ello.
Una crónica que, de alguna manera, incomode al espectador sacándolo de ideas preconcebidas y suposiciones sobre los acontecimientos narrados, aprovechando idas y vueltas en su cronología y mostrándole distintas miradas sobre los mismos, convenciéndole sobre la verdad de relaciones de madres e hijos que a medida que avanza la historia son imposibles de seguir sosteniendo, pero que cuenta con personajes capaces de seguir adelante obstinadamente, que mienten y se mienten y así construyen un mundo, su mundo, hasta el punto de no saber ellos mismos, cuál es la verdad.