Espejo de almas, exposición colectiva temática centrada en el retrato de gran formato como espejo de emociones, es la propuesta de la galería Ángel Cantero en León para este mes de febrero. Pinturas de cinco jóvenes artistas que atraparán al espectador.
«Espejo de almas», exposición de pintura en la Galería Ángel Cantero
Artistas: Melchor Balsera, Verónica Cantero Yáñez, José Ramón Lozano, Eugenio Ocaña y Leonor Solans.
Melchor Balsera, utilizando casi como única herramienta un neumático impregnado en pintura acrílica, ejecuta rostros en primer plano con expresiones y muecas crudas. Tomando como modelo a él mismo en un principio partió de la idea de vocalizar frases, textos, recortes de prensa, o fragmentos de poesías – como en su primera serie “A propósito de Bukowski”-. Su obra no pretende ser amable, no busca la belleza en el retrato, se limita a gesticular y traducir el gesto plásticamente, y con estas “voces pintadas” ser cronista del momento, o ser el reflejo de la situación actual desde un enfoque sociopolítico y cultural; de este modo, para Melchor es de obligada evolución introducir nuevos personajes y reinventar su obra con nuevos recursos técnicos.
Los trabajos que presenta la artista de Barcelona Verónica Cantero Yánez pertenecen a una serie de 15 retratos de Samuel Beckett, premio nobel de literatura en 1969; esta serie pictórica surgió después de la lectura de la obra «Esperando a Godot», obra cumbre del teatro de lo absurdo. Los límites del lenguaje que el autor investiga, la llevaron a explorar a través de sus retratos los conceptos de lo abstracto y el rostro, estableciendo un diálogo entre la imagen de un rostro que se transforma y busca límites a través de la deformación y elasticidad del propio rostro del autor transformado, y la pintura en si como lenguaje, en un intento de reformular la investigación beckettiana a través del hecho pictórico, una metamorfosis visual tan sugerente como inquietante.
Las pinturas de José Ramón Lozano nacen de la expresión más visceral, son rostros donde se entremezclan tristeza, desgarro, fuerza, pasión y expresividad. Sus pinturas son descarnadas pero consigue magnetizar el lienzo y lo convierte en un visceral y omnipresente objeto de deseo; en sus cuadros se solapan las emociones, y con ello hace referencia a la interacción entre cuerpo y alma, que considera inherente al ser humano; por eso precisamente su búsqueda no puede dejar indiferente al espectador, genera una turbia dependencia con sus obras y establece un poderoso vínculo con el público. Desde 2013 sus obras han formado parte de Art Madrid en cada convocatoria anual de esta prestigiosa feria de arte.
Eugenio Ocaña mostró sus obras en León un 3 de mayo de 2013 en la exposición inaugural de la galería Ángel Cantero; casi cuatro años después, regresa para exponer algunas de sus pinturas de gran formato en esta colectiva temática de la galería titulada Espejo de almas. El pintor granadino retrata en primer plano la energía vital de sus modelos y, en esos retratos realistas preñados de virtuosismo pictórico, acentúa el temor, la melancolía, la perplejidad o la vacilación para conformar alegorías contemporáneas que nos seducen. En su obra hay un trabajo de indagación psíquica para acercar esas figuras femeninas hasta nuestro territorio personal, y a la vez nos describe con realismo veraz un instante; y sin embargo sentimos que acabamos de perdernos algo al contemplar el resultado, nos iremos a casa con un puñado de preguntas surgidas de la experiencia estética de contemplar sus óleos.
Leonor Solans también nos guía hacia una lectura de sus retratos tan dulce como inquietante; sus ninfas conservan la magia de la niñez y habitan en bosques íntimos inspirados en cuentos de hadas, pero experimentan el tránsito entre la inocencia y la experiencia, y con su mirada nos convierten en espectadores involuntarios de ese momento de incertidumbre que anuncia un inminente rito de paso. La actitud de sus figuras nos revela la fragilidad de los sueños, pero también el encanto de la transformación, el salto entre las etapas.
El cromatismo y la soltura pictórica de sus obras ponen de manifiesto que la pintora granadina conoce muy bien a los clásicos, hace guiños inteligentes a los grandes maestros, y sabe prescindir de lo accesorio para potenciar lo más esencial de la pintura y que siempre quedará en nuestra memoria. (vía – Nota de Prensa)