Exposición Cazando imágenes
La exposición producida por la Fundación
Miguel Delibes y comisariada por
José María Parreño, está compuesta por una
selección de cuarenta fotografías de las
alrededor de trescientas cincuenta que
Francisco Ontañón realizó, entre 1961 y 1963,
acompañando a Miguel Delibes y su cuadrilla.
Ciento veinte fotografías ilustraron la obra de
Miguel Delibes El libro de la caza menor,
publicada en 1964, un libro “al que el fotógrafo
Francisco Ontañón ha exornado con unas
ilustraciones vivas, de una elocuencia, de
una expresividad, muy poco frecuentes”,
escribió el propio Delibes en el prólogo.
De las cuarenta fotografías
que aquí se exponen, trece aparecieron en la
obra publicada por la editorial Destino
y algunas otras guardan cierta
similitud con las que finalmente seleccionaron
escritor y fotógrafo; en cualquier caso, más de la
mitad de estas cuarenta fotografías ven ahora la
luz por primera vez. Se trata de imágenes que
muestran gentes y paisajes de la España de los
años sesenta; cazadores que preparan su jornada o,
ya en acción, recorren el campo en busca de piezas;
hombres, mujeres, niños enmarcados en ambientes rurales…
Imágenes que rescatan para el presente los paisajes,
el entorno rural y la sociedad agraria de la época.
La exposición se completa con una selección
bibliográfica, correspondencia, recortes de prensa y objetos
personales de caza del escritor”.
Miguel Delibes
(Valladolid, 1920-2010)
Miguel Delibes, uno de los nombres
imprescindibles en la novela espa- ñola de
la segunda mitad del siglo XX, es también
uno de los autores españoles más leídos y
más traducidos. Profesor, periodista, cazador,
padre de siete hijos, ecologista avant la lettre…,
Delibes escribió sin apenas darse tregua.
Cerca de sesenta títulos —novelas, cuentos,
libros de viajes, obras sobre caza y pesca,
títulos dedicados a los niños, un diario,
algunos ensayos y multitud de artículos periodísticos—
forman la obra de un autor comprometido
con los problemas de su tiempo, gran conocedor
de Castilla, amante de la naturaleza y dotado
de un prodigioso dominio de la lengua.
La muerte, la infancia, la naturaleza y los
problemas sociales
aparecen como temas constantes en la narrativa
de este escritor que alternó siempre literatura y
periodismo y que no dudó en servirse de la ficción
cuando la censura franquista le impidió denunciar en
El Norte de Castilla —periódico al que estuvo ligado
toda su vida y del que fue director entre 1959 y 1963,
año en que presentó su dimisión— los problemas más
acuciantes del campo castellano. Elegido miembro de la
Real Academia Española en 1973, Miguel Delibes
dedicó su discurso de ingreso a lanzar un mensaje de
alerta ante la destrucción del medio ambiente,
al tiempo que defendía un progreso basado en
la relación equilibrada y armónica entre hombre y naturaleza.
Los numerosos premios institucionales recibidos
por Miguel Delibes (Premio Príncipe de Asturias 1982,
Premio de las Letras Españolas 1991, entre otros)
culminaron con la concesión, en 1993, del prestigioso
Premio Cervantes, el más importante galardón de
las letras hispanas. Pero quizá el mejor de todos los
premios fue el cariño y la fidelidad de unos lectores que
puntualmente acudían a la cita cada vez que el
autor volvía con un nuevo libro, fuera o no novela.
Hombre de fidelidades —a sus ideas, a sus amigos,
a su tierra—, pesimista por naturaleza
y buen conocedor de los problemas de su época,
Miguel Delibes afirmaba que él no era un intelectual,
pero su actitud y sus escritos son buenos
testimonios de una postura crítica mantenida
a lo largo del tiempo: la preocupación ética
está siempre presente en el autor castellano,
un decidido defensor de la dignidad y libertad
humanas que nunca dudó en tomar partido
por los personajes sencillos que pueblan
su obra, víctimas por lo general de la historia
que les ha tocado vivir.
Francisco Ontañón
(Barcelona, 1930 – Madrid, 2008)
Huérfano de resultas de la guerra civil, se vio
obligado a ganarse la vida desde niño. Mientras
trabajaba en un banco, descubrió casualmente la
fotografía al visitar una agencia de publicidad.
Ingresó como aficionado en la Agrupación
Fotográfica de Cataluña en 1956. En 1958
se hizo so cio de Afal (Agrupación Fotográfica Almeriense),
que abanderaba la renovación de la
fotografía en España.
Trató de abrirse paso como reportero por
cuenta propia, pero sin lograr buenos resultados.
En 1959 se profesionaliza y empieza a trabajar en l
a recién creada Europa Press. Se instala en Madrid.
Traba conocimiento con un grupo de fotógrafos
de la Real Sociedad Fotográfica y con ellos funda
“La Palangana”, integrada inicialmente por L. Cantero,
G. Cualladó, P. Gómez, R. Masats y J. Rubio Camín
(Ontañón es el autor de la fotografía del mencionado
recipiente con los seis retratos de sus miembros,
que se convertirá en su tarjeta de presentación).
“La Palangana” es el núcleo de lo que
posteriormente se llamaría Escuela de Madrid,
que impulsó un cambio de rumbo en la fotografía
madrileña, hasta entonces dominada por el
pictorialismo y la fotografía de salón.
Ontañón trabajó como fotoperiodista
para La Actualidad Española, la agencia
Picadilly Press, distintas revistas del
Grupo Codex y, desde 1981,
para el suplemento dominical de El País.
Desde mediados de los sesenta, por razones
profesionales, realizó re- portajes en lugares
poco frecuentes para la época, como Asia y
África (en este caso acompañando a F. Rodríguez
de la Fuente). En 1968 inició una colaboración
con el Ministerio de Información y Turismo que se
plongará durante más de cuarenta años. Culminó
esta labor con la realización de las fotos del libro
conmemorativo de los Juegos Olímpicos de Barcelona
en 1992. Es autor de las fotografías de un
importante número de libros de arte, folclore y
turismo, así como de cubiertas de libros y de discos.
Entre sus colaboraciones con escritores destacan
la realizadas con Delibes (El libro de la caza
menor), Luis Carandell (Vivir en Madrid),
Joan Perucho y otros (Catalonia), Alfonso Grosso
(Los días iluminados) y Fernando Fernán-Gómez
(Imagen de Madrid y Tejados de Madrid).
Su primera exposición individual tuvo lugar en 2006,
comisariada por Laura Terré, en el Palau Robert (Barcelona).
A esta le siguieron Más que niños (Galería arteSonado,
La Granja de San Ildefonso, 2012) y Lo social y lo
humano (Galería ValidFoto, Barcelona, 2013).
Ha participado en un sinfín de exposiciones
colectivas, la primera en la Agrupación Fotográfica
de Cataluña (1957). Destacan Fotografia catalana dels anys
cinquanta (1982), 150 años de fotografía en España (1998),
Seis fotógrafos de la Escuela de Madrid (1988),
Tiempo de silen cio. Panorama de la fotografía de
los años 50 y 60 (1992), La Escuela de Madrid:
fotografía 1950-1975 (2006), Mirades paral.leles:
la fotografia realista a Itàlia i Espanya (2006), España
Contemporánea. Fotografía, pintura y moda (Madrid, 2013),
Joan Colom. Fotografías 1957-2010. Yo hago la calle (2013)
y La Palangana (2014).
Entre los galardones recibidos destacan el Premio
Nacional Meliá de Periodismo Gráfico por un reportaje
sobre el Coto de Doñana (1972), el Premio de Arte y
Tradiciones Populares del Ministerio de
Cultura (1982 y 1983) y el Premio Internacional
Ortiz Echagüe (1985).
Sus fotografías forman parte de la Colección
Permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Del 27 de febrero al 7 de abril.