Exposición de Amalia Pica en el CAAC Sevilla. A través de esculturas, instalaciones, fotografías, proyecciones y performances, Amalia Pica explora e investiga cuestiones relativas al lenguaje, la comunicación y la participación cívica.
A partir de elementos encontrados y materiales en apariencia simples, Amalia Pica no rehúye algunas de las preguntas heredadas del arte conceptual y que tienen que ver, por ejemplo, con el significado de las imágenes y su relación con el lenguaje.
Dispuestos en ocasiones como instalaciones, esos objetos preexistentes adquieren otro sentido al de su funcionalidad al ser modificados o relacionados entre sí, provocando que la familiaridad con las que nos acercamos a ellos esté siempre condicionada por interrogaciones que de su percepción emanan, alterando y amplificando sus potencialidades significativas.
Exposición de Amalia Pica en el CAAC Sevilla
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo acoge la primera gran exposición de esta artista en España con una selección de algunos de sus trabajos más conocidos, agrupados en tres pares de ideas: la teoría de conjuntos y el pasado traumático en Argentina, la celebración y la protesta y la escucha y el silencio.
Para su primera gran exposición en España, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo se exponen, en un recorrido de media carrera, una selección de algunos de sus trabajos más conocidos, agrupados en tres pares de ideas que aunque pudieran entenderse como contrapuestas, están profundamente interrelacionadas. Estas tres agrupaciones son: la teoría de conjuntos y el pasado traumático en Argentina, la celebración y la protesta y, por último, la escucha y el silencio.
La teoría de conjuntos y el diagrama de Venn abren la exposición y la primera parte de la muestra, en la que lo performativo, por acción o situación, se relaciona con la vida en comunidad y la prohibición de la dictadura militar argentina de las agrupaciones sociales y políticas públicas, al mismo tiempo que la eliminación de esta teoría de la enseñanza básica.
La protesta, con una gran variedad de objetos para producir ruido o con pancartas que simulan las habituales en las manifestaciones, habla también de la resistencia, de ese pasado reciente en Argentina y de las terribles consecuencias que tuvo, pero al mismo tiempo se relaciona con la celebración presente en la instalación de suelo con confeti y los banderines de colores típicos de carácter festivo dentro de las pancartas, aunando y congelando acciones ambas que forman parte de la vida.
Para finalizar, el último emparejamiento de ideas tiene una especial resonancia en el lugar donde ahora se expone, en las antiguas celdas de los monjes cartujos, que consagraban su vida al silencio y, por tanto, agudizaban necesariamente la capacidad de escucha.
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