‘Hallazgos arqueológicos no autorizados’ es la primera exposición que Ernesto Cánovas, afincado en Londres, celebra en un centro de arte español, y podrás disfrutarla en el CAB del 3 de junio al 25 de septiembre.
Exposición de Ernesto Cánovas en el CAB
Ernesto Cánovas (Barcelona, 1971) y Gracjana Rejmer-Cánovas (Varsovia, Polonia, 1984), artista con la que ha colaborado en este proyecto, han manifestado en diferentes ocasiones su interés por la cultura japonesa. La pervivencia de una sofisticada tradición convive con su reverso kitsch. En no pocas ocasiones la aparatosidad tecnológica comparte con las huellas del pasado un mismo espacio.
Esa permeabilidad temporal, un tanto ficticia e impostada, ha permitido a Cánovas explorar los límites entre lo aparente y lo sugerido, entre lo constatable y lo solo posible. Al descontextualizar el diálogo entre antigüedad y modernidad Cánovas presenta artefactos (por tanto, surgidos de la mano del hombre) identificables como reliquias históricas.
Esa idea de retrofuturo, entre lo evocador y lo artificial, acompaña el trabajo de Cánovas casi desde su origen. Las referencias a la Historia, al cine y a la cultura popular quizá se materialicen en esta exposición con mayor contundencia. La iconografía concebida por Cánovas, cuya técnica borra por igual los márgenes entre los conceptos de original y copia, apropiación y préstamo, manipulación y autenticidad, refuerza simbólicamente una propuesta que atrapa al espectador por su belleza instantánea mientras lo conduce hacia un territorio de incertidumbre. El pasado, incluso el más inmediato, transmutado en una antigüedad remota, tal y como nuestro tiempo, declina a diario.
Cada una de las obras de Cánovas es resultado de una fusión de técnicas, recursos y referencias abrumadora. Manipula digitalmente y descontextualiza la imagen inicial. A través de un proceso de reducción, ampliación y recorte, transfiere estas adaptaciones a paneles de madera o, como sucede en esta exposición, sobre aluminio. Si el proceso se adivina meticuloso, la construcción final con acrílicos, tintas, barnices y transferencias cristaliza en una imagen por igual elocuente y ambigua, perceptible y abstracta, real y ficticia.