Exposición del artista madrileño Juan Giralt en el museo Marco de Vigo. La muestra podrá visitarse del 22 de septiembre al 25 de febrero.
Exposición del artista Juan Giralt en el museo Marco de Vigo
Juan Giralt es uno de los artistas más sugestivos y singulares de la generación pictórica que protagonizó en España el cambio de siglo.
Pintor de pintores, respetado e influyente (la huella de su desinhibido eclecticismo y de su peculiar tratamiento del espacio pictórico es rastreable en muchos artistas posteriores), Juan Giralt no ha obtenido sin embargo la proyección institucional que su brillante trayectoria merecería.
Formado en el informalismo de los años cincuenta, reactivo a la solemnidad, afecto al humor y al juego metapictórico, virtuoso del color, ya en su etapa juvenil demostró una voluntad de búsqueda, de huida de los estereotipos y los encasillamientos que lo llevó a experimentar con diversos lenguajes, desde el expresionismo post CoBrA al pop, desde la abstracción de pulso geometrizante a la neofiguración, de la que fue uno de sus principales exponentes en el Madrid de mediados de los setenta.
Y de esta a los ochenta, años en los que recogió velas y se apartó de la escena para explorar nuevas vías. Fue en esa década menos prolífica de su carrera cuando fraguó el estilo que definiría su espléndida etapa de madurez. Pintura en el alambre, de síntesis, de conciliación entre extremos, desembocadura y culmen de sus experimentos previos entre abstracción y figuración, entre exploración formal y gesto. Si antes había avanzado dialécticamente, incorporando en cada nueva etapa el bagaje de las anteriores, ahora los aglutina, los desacraliza, los revuelve y despoja de jerarquías en un mismo espacio pictórico. Geometría y gesto, pintura construida a la vista. Emocional y fría, abstracta y elusivamente figurativa, salpicada de palabras pintadas, de inesperados dibujos estereotipados de objetos de la vida cotidiana, de ventanas tras las que se insinúan colinas, de trozos de carteles publicitarios y láminas escolares incorporadas mediante la técnica del collage; pintura sobre pintura en la que cada equilibrio, es cuestionado, subvertido por su contrario.
Esta muestra se centra en esos años de plenitud en los que su estilo alcanzó un peso de clásico. Una mini retrospectiva desgajada del cuerpo principal de la exposición que, planteada como un prólogo, cumplirá el doble propósito de ofrecer un panorama más completo de su trayectoria, sacando a la luz la profunda lógica interna común a todas sus etapas, con constantes como el uso indistinto, en un mismo rango, del lienzo y del papel como soportes principales.