La Sala de Exposiciones del Arco Santa María acoge la exposición de Juan Vallejo ‘Gótico’ desde el 24 de junio al 4 de septiembre. Un repaso dentro del gótico, a la expresión de la gran fábrica de arte que es la Catedral de Burgos.
Exposición de Juan Vallejo en Burgos: ‘Gótico’
Nacer en una ciudad en donde se levanta una catedral gótica es un privilegio. Más si se trata de que esa ciudad es Burgos donde, desde 1221 en que se pusiera la primera piedra, se levanta su catedral. Pasar la infancia y gran parte de la juventud contemplando esta especie de artefacto a punto de despegar, es un ejercicio. El gótico te va penetrando hasta instalar su geometría en tu mente. Cuando uno ha trepado por sus escaleras, gárgolas, hastiales y demás personajes que la pueblan, establece un diálogo, una complicidad con sus figuras, con los canteros que las labraron.
Entonces uno se convierte en cómplice de su anatomía, en confidente de su estado erosionado por los tiempos, mutilado por la incuria y la barbarie, deformado tantas veces por desafortunadas restauraciones que han amputado su lenguaje.
La piedra de Hontoria es caliza, blanda, frágil al paso de los siglos, receptiva a las enfermedades y a la contaminación, ha sido el cáncer del templo junto a la insensatez de muchos de sus responsables.
Ahora se cumplen ochocientos años de aquella primera piedra, se consuma de este modo su capacidad de eternidad, de presencia entre nosotros. Si el gótico es luz, geometría, vitrales, una óptica que nos mira y sustrae de nosotros el alma que nos ocupa, la piedra es el amnios en donde se forma la edad de un misticismo fundido con la sabiduría de sus arquitectos.
No podía sustraerme a este acontecimiento, por ello he decidido hacerle un homenaje a este templo incomparable. Me viene a la mente de forma frecuente Henri Matisse, su capacidad e inspiración para dibujar y plasmar obras con extraordinarios collages desde una evolución apasionante. Gouaches que luego recortaba para adherirlos a los ventanales de la Capilla del Rosario en Vence, 1950.
Del mismo modo, en los soportes de madera, circulares, redondos, triangulares, he cortado lienzos en tiras, en formas geométricas, etc. Con colores vivos inspirados en los rosetones y vidrieras de la Catedral de Burgos, previamente pintados con diversos materiales. Les he ido presentando sobre los aros y circunferencias y la poliédrica base de esta exposición hasta ver que pasaba el filtro de la idea. Convencido de ello contemplé durante horas cada uno de los collages y les retoqué con leves pinceladas de óleo.
Los círculos de 1,80 m salpicados de fragmentos de los vitrales y de los motivos que concentran, reparten por su vaciedad varios tubos de cartón imprimados en blanco, que se posan para dar cabida a los órganos de la Catedral asemejando sus tuberías. También están compuestos con recortes y tiras los lienzos, cartones y papeles recortados al efecto. De esta manera los diversos componentes de la exposición, Gótico, son un repaso dentro del gótico, a la expresión de la gran fábrica de arte que es la Catedral de Burgos.
Uno se siente arrebatado al contemplarla como dice Juan Luis Arsuaga.
«Un solo tono no es más que color; dos tonos son un acorde, son vida»
Henri Matisse
Juan Vallejo, 2022