Kitchen pieces, exposición de la artista alemana Karin Sander en la sala Manuel Moldes de Pontevedra; La muestra, organizada por la Universidade de Vigo, se podrá visitar hasta el 20 de febrero.
«Kitchen pieces», exposición organizada por la Universidade de Vigo, de la artista internacional de primer nivel, Karin Sander en Pontevedra
Kitchen Pieces es una instalación con la que Sander propone una reflexión sobre la idea de representación en el arte. Para ello utiliza un conjunto de frutas y verduras «como si se tratara de una serie de naturalezas muertas», explica, «sólo que aquí no están representadas en pinturas, sino que se representan como originales reales y frescos en la exposición».
Una larga serie de exposiciones individuales en museos de diferentes países y su participación en exposiciones colectivas en espacios como el MoMa, el Metropolitan y el Guggenheim de Nueva York, convierten a Karin Sander en una artista internacional de primer nivel
Así, en la exposición, un conjunto de 25 frutas y verduras se presentan directamente sobre las paredes de forma lineal. Con esta propuesta, la Sala Manuel Moldes se suma a la lista de espacios donde, desde 2012, se pueden ver diferentes versiones de esta instalación, que Sander ha llevado a «numerosas exposiciones, tanto individuales como colectivas» en diferentes formatos, desde la muestra de una única fruta hasta propuestas compuestas por más de cien piezas.
La obra de Karin Sander se caracteriza por una continua investigación de los elementos y convenciones implicados en la obra de arte.
La «estrategia de presentación, como sustitución de la representación» conecta Kitchen Pieces «con la poética del objeto encontrado y con el uso de materiales naturales y perecederos en el arte», contrastando la «supuesta inmutabilidad de la obra del arte» con el carácter efímero de los materiales utilizados. No en vano, aunque «el color, la textura y la disposición rítmica» de esta instalación genera «una fuerte impresión visual», las verduras se secarán y se pudrirán, «provocando una reflexión existencial sobre el paso del tiempo y su inevitable decadencia». Esta idea también está presente en el montaje audiovisual que completa la exposición, en el que Sander yuxtapone la proyección de una grabación de 1930 que muestra a una niña jugando con una pelota en un jardín con otra tomada en 2019 por la misma persona, en este caso con una pelota para realizar ejercicios de motricidad.
Por otro lado, el carácter efímero de los materiales confiere a esta instalación «un significado muy relevante, ya que resalta al mismo tiempo la belleza de la naturaleza y su fragilidad», «abriendo posibilidades de interpretación que van más allá de lo visto”.
A lo largo de su carrera, Karin Sander (Bensberg, Alemania, 1957) ha realizado exposiciones individuales en el MoMa de Nueva York, la Bienal de Arquitectura de Venecia, el centro de arte Haus am Waldsee de Berlín, la State Gallery de Stuttgart o el Centro Gallego de Arte Contemporáneo ( CGAC), en 2003. Formada en la Academia de Bellas Artes de Stuttgart y en el Whitney Museum of American Art de Nueva York, Sander también ha sido reconocida a lo largo de su carrera con premios como el Premio Hans Thoma, en 2015; el Gran Premio del Estado Baden-Württemberg, en 2011, o el Premio Vila Romana, en 1994.