Pintura: renovación permanente es una revisión de los momentos
clave en la renovación de la pintura española de las últimas décadas.
En contra de la creencia popularizada de que los años 80 fueron el revulsivo del arte en nuestro país, el comisario de la exposición,
Mariano Navarro, señala dos periodos determinantes: el final de los años 60 y la década de los 70 y los últimos coletazos de los 90.
En el primer periodo, en el contexto del tardofranquismo floreció un grupo de creadores que consideró que la pintura
podía compartir el territorio de investigación del arte conceptual. A la vez, enunciaron nuevos paradigmas que les abrió
las puertas a ámbitos referenciales como el expresionismo abstracto, el minimal y post-minimal norteamericanos,
la figuración derivada de Cèzanne y de Matisse y una relectura desenfadada de los referentes de la Antigüedad.
A finales de los noventa y en los primeros años del siglo XXI se bebe de aquella energía heredera del anterior momento.
Se apuesta por una práctica desenfadada de los modelos históricos de abstracción y figuración
y una práctica expandida de la pintura misma y su significado.
A partir de estos momentos, marcados por un proceso de desmaterialización de la pintura,
la muestra plantea cinco líneas, desglosadas por salas:
Sala 3 – La pintura en el campo expandido.
Sala 4 – La desmaterialización de la pintura.
Sala 6 – Los nuevos modos de abstracción.
Sala 7 – Vertiente ‘narrativa’ de la figuración.
Sala 8 – Vertiente ‘a-representativa’ de la figuración.
El recorrido se completa con un espacio bautizado como ‘El taller de pensar’ (sala 5) y que se presenta como una mirada al propio proceso creativo.
Además de estas salas delimitadas, la exposición ‘se cuela’ en recovecos como el claustro de
la panta baja (con una intervención de Ignasi Aballí) y los vidrios de los pisos superiores (otra intervención de Calos Maciá).
Entrada gratuita. Del 5 de marzo al 29 de agosto. Museo Patio Herreriano.