Félix Cuadrado Lomas
no necesita presentación al público de Valladolid
pues su obra es suficientemente conocida y admirada.
Su hacer es inconfundible,
marcado por un estilo, personal y sincero, que turba
al desvelarnos en breves líneas, en geométricos
quiebros y escasos colores, las esencias del campo
de Castilla y de sus gentes.
Su pintura
no se para en la visión superficial de
las cosas: los paisajes, los retratos, los toreros,
los huesos y las naturalezas muertas, sino que
profundiza hasta encontrar su razón esencial, su
sustancia más profunda.
Cuadrado Lomas no lo
busca en la realidad material que lo inspira, sino
en su propio interior, en la psiqué, en el sentimiento
que brota en él cuando contempla, para sustanciarlo
en pintura, un paisaje, un desnudo, unos toreros,
o el rostro de aquellas personas a las que retrata.
Un proceso que se acerca
a un rito sagrado, a una consagración mental,
que pretende transmutar en
eterno aquello que quiere.
Hasta el 30 de junio en la Sala de Exposiciones de
las Francesas.
Biografía
Nacido en Valladolid en 1930, Félix Cuadrado Lomas
es una figura clave en la pintura de Castilla y León
de la segunda mitad del siglo XX .La pintura de
Cuadrado Lomas se identifica con el paisaje
castellano, género clave para el arte de Castilla y León,
donde desde su elaboración
por la generación del 98 adquirió un importante
significado ético que fue durante el siglo XX
uno de los pocos en los que se
siguieron aportando novedades artísticas.
También para Cuadrado Lomas,
el paisaje significa mucho más que un simple
género, pues expresa la importancia
que en él adquiere la naturaleza y la unión que con
ella alcanza el artista.
Porque para Cuadrado ha sido
siempre fundamental salir al campo a recorrerlo, a
respirarlo y a trasladarlo al lienzo.Desde sus inicios
el paisaje ha estado presente en su pintura y sobre
él ha desarrollado su estilo progresivamente más
geométrico,
buscando la esencia de la tierra castellana,
una tierra que en este pintor termina
por manifestarse en potentes trazos de predominio
horizontal y a través de cuadrículas atravesadas
por líneas oblicuas determinando espacios que
se cubren con colores planos.Desde sus inicios
con pinturas de tipo post-impresionista
en el que el color convive con un dibujo siempre
preciso a mediados de los 50, su pintura
evoluciona hacia aspectos más expresivos y
constructivistas para, desde esta orientación,
experimentar una progresiva geometrización
que esencializa todo cuanto representa.
Es importante
considerar que esta evolución estilística ha afectado
a todos los demás temas elaborados por el pintor:
retratos, figuras, desnudos, toreros, bodegones,
huesos y carnes, mulas, barcas, construcciones
y palomares que, junto al paisaje, completan
una visión rotunda dela obra del pintor vallisoletano.