Jonathan Swift, el autor de Gulliver, se encuentra al final de su vida debatiéndose entre los recuerdos y las alucinaciones que le provoca la demencia.
Aunque está muy anciano y parece que todo el mundo le ha olvidado, junto a él empiezan a aparecer los fantásticos personajes que creó a lo largo de su carrera para ayudarle a luchar contra la injusticia, la ignorancia y el egoísmo.