Horizonte presente, exposición de Mónica Ortuzar en Sirvent de Vigo.
«Horizonte presente» es la exposición que se presenta en Vigo con una selección de obras inéditas pertenecientes a dos de las últimas series realizadas por Mónica Ortuzar, artista que está desarrollando uno de los proyectos más singulares y conceptualmente armados de su generación.
Dos series complementarias conforman esta propuesta: por un lado un conjunto de óleos sobre lienzo de mediano formato, desconcertantes escenas en las que familias de primates, resueltas con vibrante colorido y libérrima pincelada, parecen enfrascadas en alguna clase de ritual carnavalesco, en el que sin duda resuenan -trasmutados ya en pura contemporaneidad- emocionados homenajes y referencias a las mascaradas nórdicas de James Ensor y las tensiones cromáticas del expresionismo más germánico.
Se acompañan estos lienzos con una colección de grafitos sobre papel, una selección de dibujos pertenecientes a una serie de largo recorrido en la que la artista aborda las primigenias representaciones de hombres y animales, grabadas o pintadas en las herramientas y cavernas prehistóricas.
Compuestos con extrema sobriedad y quirúrgica precisión, se equilibran entre el virtuosismo del trazo y la mancha suavemente modulada del grafito, estos dibujos presentan el repertorio eterno de «temas» que han ocupado al ser humano desde que comenzara, en los albores del paleolítico, a fijar en imágenes sus miedos y esperanzas, sus incertidumbres y precarias certezas frente al inconmensurable
misterio de ser en el mundo.
Ambas series aluden a una inimaginable infancia de la humanidad, un pasado remoto e inaccesible sobre el que apenas podemos proyectar nuestras fantasías de adultos del tiempo presente.
A través de la relectura mítica de esos primates humanizados y del registro puramente arqueológico de los grafitos con imágenes paleolíticas, Mónica Ortuzar emprende una sugerente investigación sobre su propio pasado, rastros biográficos y escenas de la memoria familiar se engarzan así en el discurso artístico: el descubrimiento del mundo a través de los ojos de la infancia, las primeras imágenes y representaciones entrevistas en una vieja enciclopedia que ahora se reencuentra, la infantil fascinación por la posibilidad de existencia del ser humano en ese pasado remoto que los grabados prehistóricos atestiguan; un conglomerado de indicios que de alguna manera evoca el despertar a las imágenes del mundo, ese abrirse al temblor de lo representable que es condición necesaria de cualquier proyecto artístico.