Quince mujeres sobre el escenario dan vida a una existencia decepcionante y rutinaria. Amas de casa de mediana edad, esposas, madres y cuidadoras sin sueldo y sin estima, que se levantan rodeadas de ingratitud y se acuestan con la vulgaridad. Las ataduras de la religión católica, los prejuicios sexuales y la opresión familiar son algunas de sus esclavitudes. El hábitat es el barrio y sus estatus social la clase obrera. La cocina, donde estas mujeres pasan la mayor parte de su jornada, funciona como símbolo de la opresión, el encierro, la frustación.
Aquelllas mujeres, que mataban el tiempo pegando cupones y oyendo la radio nos hablan con una voz descarnada e intensa, expresan su soledad, su impotencia y lo hacen entre la tragedia y lo cómico. La única posibilidad de huir de esta mediocridad es soñando con un golpe de suerte. Por eso los concursos son la única promesa de un mundo de lujo posible.
Es una época en que las mujeres no pueden hacer nada. No tienen permiso si no se lo da el marido o el padre. Es obra sobre las mujeres y un homenaje a las mujeres de esos años.
Sábado 27 de octubre. 21:00h. Teatro Villa de Molina. 5€