«Bailar en la cueva» respira pues, un contagioso aire panamericano y, en cierto modo, «tropicalista» en un trabajo «hecho desde los pies», según explica gráficamente Drexler su vocación de baile y movimiento. Efectivamente, «Bailar en la cueva», tal y como ha consignado El País, resulta «una completa novedad en la carrera del uruguayo, más unido a la languidez que a la contemporaneidad; a las guitarras acústicas que a los samplers». Una feliz novedad liberadora en un músico que, como canta en el disco, nos recuerda que «ya hacíamos música antes de descubrir la agricultura».
Drexler, fan declarado de Dj Shadow; estrella estadounidense del hip-hop abstracto y virtuoso de los platos, ha contado con Quantic, el músico electrónico británico asentado en Colombia, para un disco grabado en su mayor parte en Colombia. Aunque el espíritu del disco es extraordinariamente alegre y festivo, Drexler explica su nuevo giro con razones estudiadamente antropológicas: «El baile y la música nos definen como especie.
Se han encontrado instrumentos, flautas de hueso, de hace 45.000 años. Y todavía antes existían la voz y las palmas. Sin embargo, la agricultura solo está datada desde hace 8.000 años. Olvidamos que antes de que existiera un lenguaje articulado ya existía una comunicación melódica y mediante el movimiento. Por eso quiero reivindicar el baile».
Al mismo tiempo, Drexler explica con todo detalle la trastienda biográfica de su descubrimiento del baile. «Yo soy un hijo de la dictadura uruguaya y crecí en un ambiente en el que no se bailaba. Me crié entre una casa de intelectuales opositores de izquierda, y una calle dominada por un Gobierno militar. En ninguno de esos círculos humanos se bailaba. Supongo que la gente pensaba que había cosas más importantes. Responder a la dictadura, o desarrollarse intelectualmente, algo que estaba muy valorado en mi casa. Crecí en un ambiente en el que la diversión estaba muy mal vista. El baile era una cosa despreciada y, desde luego, no practicada». Así es que Drexler, en el rubicón de los 50 años, ha descubierto el hedonismo del baile y se ha enfrentado al vértigo y la alegría de «sentir el clack con el que se rompen los cerrojos», según canta en el disco. «Ahora soy un bailarín feliz y voluntarioso», ha dicho.
Músico muy inquieto y abierto desde siempre a tradiciones culturales muy diversas, Jorge Drexler ha encontrado en Colombia a un país, como Brasil, capaz de tender puentes los creativos más insólitos entre la tradición y la contemporaneidad. Allí colaboró con el gran Mario Galeano, de Frente Cumbiero, y otros músicos colombianos. No obstante, su decidida vocación panamericana, trufada de una amplia cultura europea, le llevó a pedir también la colaboración de músicos chilenos -la rapera Ana Tijoux- o de maestros brasileños del sincretismo musical como el gran Caetano Veloso. Drexler ya ha presentado el trabajo, con gran éxito, en Chile, Argentina, Colombia y otros países latinoamericanos. En temas como «Todo cae», la producción musical es de Eduardo Cabra (Calle 13).
En Latinoamérica, Jorge Drexler, que en tiempos de crisis económica reivindica la música no solo como un divertimento sino como un valor esencial de la cultura, dice haber encontrado un escenario más grato y excitante para su trabajo.
Entradas anticipadas 24€ Taquilla 30€
Apertura de puertas 21h, Artista invitado Rafa Toro 21:20h y Inicio Jorge Drexler 22:15h
No permitido el acceso a menores de 18 años.
Lugar: Sala Eventual Music
Polígono Ind. San Luís. C/Cuernavaca, 23, 29006 Málaga