Juan Perro concierto en el auditorio del Castelo de Ribadavia.
Juan Perro con su formato sexteto, presentará su último disco «Cantos de ultramar».
Juan Perro, álter ego de Santiago Auserón, es uno de los nombres propios del rock español, tanto por su exitosa trayectoria con Radio Futura como por su posterior andadura en solitario.
Licenciado en Filosofía, decidió abandonar la idea de ser profesor en París, bajo la influencia de los discos de Elvis Costello o Talking Heads. Junto a su hermano Luis y Enrique Sierra fundó Radio Futura, una de las mejores bandas de la historia del rock en castellano.
Entre sus éxitos, canciones como “Enamorado de la moda juvenil”, “Veneno en la piel”, “Escuela de calor” o “Semilla negra”. Esta última pieza ya permitía comprobar su querencia por los ritmos latinos.
Tras la disolución de Radio Futura, Auserón se embarcó en su carrera en solitario en 1993, y apostó por dar rienda suelta a sus inquietudes latinas y escapar un poco del bullicio al abrigo de un nuevo alias, Juan Perro.
Se definía así como un trovador errante, que pretendía hermanar su herencia rockera con la tradición musical latina. “Raíces al Viento” fue su primera entrega de esta aventura personal y musical con el alias de Juan Perro, cada vez más sólida, que ha dado también como resultado los álbumes “La huella sonora”, “Mr. Hambre”, “Cantares de Vela”, “Río Negro”, “La Zarabanda”, “Sesiones con Sí Son” y “El viaje”. Y ahora con «Cantos de ultramar»
El sexteto, con Santiago Auserón al frente, junta las singulares voces de un grupo de músicos creadores unidos por la complicidad y que llevan la síntesis de tradiciones afroamericanas e hispanas al terreno de la experimentación sonora.
La emoción poética, el humor dispuesto a la invención en cada tema, la pulsión del baile y la hondura en la interpretación son sus señas de identidad. En su repertorio el blues, R&B, rock, soul y los estándares jazzísticos se integran de manera natural con la tradición afrolatina –principalmente cubana–. La escritura y la interpretación de Auserón alcanzan la madurez sin dejar atrás el descaro del experimentador adolescente.