La Celestina (1499) y Picasso (1968) es una exposición dedicada a la fascinación del pintor malagueño por La Celestina, personaje de la Comedia de Calisto y Melibea, de Fernando de Rojas. El interés por este personaje literario nace en Picasso durante la juventud, de tal manera que en 1898 copió una estampa de Goya sobre la temática de la alcahueta y la prostitución femenina. Una admiración que recorrió todas las etapas de su vida, llegando incluso a su vejez, cuando con 86 años inició un nuevo período cuyo resultado fue el grabar 347 láminas de cobre en torno a series como el Pintor trabajando y La Celestina.En ellas, 66 imágenes están dedicadas a esta figura de la literatura española. Picasso no pretendía ilustrar la historia de manera literal, sino realizar una libre interpretación, recurriendo a imágenes del pasado en las que predomina el carácter erótico, algo característica de la última producción del malagueño.