La dictadura de lo cool en el Teatro Alhambra
La dictadura de lo cool, el 13 de marzo en el Teatro Alhambra 21:00
TRAS SU ÉXITO EN EL FESTIVAL DE AVIÑÓN 2016, LLEGA POR PRIMERA VEZ A ESPAÑA LA DICTADURA DE LO COOL.
UNA MONSTRUOSA FOTOGRAFÍA DE NUESTRA ÉPOCA, DE LA DICTADURA DE LA IMAGEN, DEL REINO DEL “YO”.
UNA SÁTIRA SOCIAL “TRASH” Y VERTIGINOSA QUE ASPIRA A CONVERTIRSE EN REFLEXIÓN CRÍTICA SOBRE EL MUNDO ACTUAL.
En paralelo a su formación en derecho y criminología, Marco Layera cursa estudios en las escuelas de teatro La Matriz y Teatro Imagen de Valparaíso.
En 2007, funda su compañía La Re-sentida con un grupo de jóvenes actores chilenos que comparten su concepto del teatro como instrumento de pensamiento político necesariamente subversivo.
Junto a ellos, Layera es presentado en numerosos teatros y festivales internacionales, sobre todo europeos.
Distinguido con el Premio Eugenio Guzmán, otorgado por la Universidad de Chile, este director colabora con diversas revistas y con el suplemento Alias del periódico Il Manifesto.
Después de participar con La imaginación del futuro en el Festival de Avignon 2014, la compañía crea La dictadura de lo cool (2016) inspirada en la novela La estética de la resistencia de dicho autor.
La dictadura de lo cool. ¿Teatro Pop-lítico? Esto es lo que afirma el ministro protagonista del espectáculo.
Antes de que los focos del escenario se enciendan, una representante del Ministerio de Cultura de Chile somete a los espectadores a una encuesta a mano alzada: ¿Quién lleva una camisa de más de 200 euros?, ¿quién es de derechas?, ¿quién se ha manifestado en los últimos meses?.
El objetivo no es otro que ponernos frente a nuestras contradicciones, prepararnos para que nos riamos de nuestro propio ridículo…
En un set televisivo impecable, un grupo -el Director de una ONG, una artista de performance a lo Marina Abramović, un comisario de exposiciones…- festeja, con champán, Ferrero Rocher… y vestidos con sus mejores ropas de marca, el nombramiento de su amigo al frente del ministerio de Cultura, promoción de la cual todos esperan sacar tajada.
Pero éste los decepciona nombrando a “gente del pueblo” en los cargos de su ministerio: un indio mapuche, un grafitero y una mujer del pueblo serán los elegidos.
Chile es un país clasista, obviamente es imposible que esos cargos sean ocupados por inmigrantes o mapuches, dice Layera.
La dictadura de lo cool es un espectáculo explosivo, conducido por un grupo muy dotado de jóvenes actores que le imprimen un ritmo desbordante.
El grave asunto que trata se nos muestra a través de una gran alegría comunicativa, en esta puesta en escena ilustra la desfachatez del mundo moderno que se considera comprometido con el progreso de nuestra sociedad y se ciega con el alcohol y la droga.
El final de la obra es igualmente implacable con la élite acomodada: afuera se oye crecer una revolución de la que no saldrá indemne.
La dictadura de lo cool