El cine mudo de los años 20, el cómic y el pop art son los referentes que inspiran la original versión de La flauta mágica, de Mozart. La puesta en escena creada por Barrie Kosky en colaboración con Suzanne Andrade y Paul Barritt prescinde de decorados, sustituyéndolos por proyecciones con las que los cantantes interactúan. En la parte musical, Ivor Bolton dirige un doble reparto que en esta ocasión encabezan Andrea Mastroni y Albina Shagimuratova, entre otros.