Antes de que el Chéjov de madurez llegara con ‘La Gaviota’ al Teatro del Arte de Moscú, el Chejonte de juventud se había despachado a gusto en teatros provincianos, casinos y cantinas. Y es que hay mucho de Chéjov, y de Chejonte, que liga muy bien con esa forma de teatro tan de siempre, tan itinerante, tan sufrido, tan humilde, tan directo, tan lejos de la solemnidad, en resumidas cuentas.
La obra de teatro «Atchúusss!!!» en el Auditorio Ciudad de León
Es lógico pensar que Chéjov se inspiró en los pacientes que como médico recibía o visitaba para escribir los numerosísimos personajes que imaginó. O sea que en el origen de muchos de ellos es casi seguro que hay una enfermedad. Esta obra ha querido unifcar esa supuesta enfermedad en todos los que aparecen en el espectáculo…, y ¿hay algo más común que un resfriado? El catarro es, seguro, la enfermedad más humilde y compartida. Es también muy contagioso.
A las muchas debilidades que Chéjov derramó sobre todos esos seres, nosotros le hemos añadido una molestia, irrisoria para quienes no la padecen, pero irritante para quienes la sufren. Los personajes, aparte de bregar con sus problemas, deberían acudir a un médico tan comprensivo como lo fue su autor.
Amén de que tras un acto involuntario por nuestra parte, como es un estornudo, cuan vulnerables estamos a las consecuencias que puede abocarnos este acto en nuestro destino… A que tragedias puede arrastrarnos… Cómo explicar que no hay intención política o antisocial en un simple estornudo o una ventosidad… Dios mío, nuestras vidas a merced de…, mejor no pensarlo…