La Vengadora de las Mujeres, obra de Lope de Vega, injustamente relegada dentro de su vasta producción, nos parece una delicada joya a ser redescubierta. Todo parece indicar que fue escrita en su época de madurez, cuando el insigne autor ya profesaba hábitos y sus trabajos eran detenidamente elaborados.
La protagonista de la función, Laura, es la vengadora de las mujeres, una mujer de armas tomar y fuerte personalidad que sobreviene de sus muchos estudios, desprecia a los hombres e intenta crear una escuela femenina (¿feminista?). Que al final de la función el amor derrote su militancia feminista no le quita el valor a la obra de reclamar una mayor sensibilidad para las mujeres y denunciar lo injusto del trato con que los hombres las han relegado. Su hábil estructura, su perfecta versificación y unos personajes divertidos y bien dibujados, donde se recalcan nuevas muestras de modernidad -como la visión comprensiva de la homosexualidad-, la sitúan entre las cumbres del arte de Lope de Vega junto a obras como “El perro del hortelano”, que nos recuerdan el mejor espíritu transgresor de un Shakespeare.
La puesta en escena, situada en Bohemia, recoge la inspiración pictórica holandesa del siglo XVII que sugiere la transformación del mundo clásico al moderno con la irrupción del comercio, la incipiente industrialización y la burguesía. Una sociedad donde la ciencia y las nuevas ideas tienen un campo abonado y donde los contenidos de esta obra tan fresca de Lope, que apuntan hacia una nueva mentalidad, hubieran podido tener lugar.
No nos es ajena en esta decisión la enorme belleza plástica de los cuadros de Rembrandt, Vermeer, Halls…que nos sirven de punto de partida plástico en un espacio escénico sobrio que se basa en el vestuario y en la proyección de diferentes fondos visuales videográficos.
El 2 de noviembre en Teatro Bernal en El Palmar(Murcia).