Corría el año 2014 cuando una emisora de radio confió, sorprendentemente, en David Broncano para encargarse de un nuevo programa. El presupuesto fue tan exiguo que solo le dio para contratar a dos señores mayores con problemas: Quequé e Ignatius.
Contra todo pronóstico, lo que comenzó siendo un programa estival, se convirtió en un espacio diario. En torno a él, se reunía lo más sagrado de la población con evidentes problemas de aceptación social. Ante tal éxito, estas tres jóvenes promesas de la comedia se preguntaron cómo podrían perpetuar su estafa, así nació “La vida moderna”, un espectáculo de humor no apto para cardíacos. Comprueba de primera mano el motivo del éxito de estos tres monstruos de la risa.
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