Prisioneros de la herencia genética, los historiales médicos, y del consumo estadístico que administra su tiempo, estos cuerpos desahuciados acabaron depositados en este almacén de órganos deteriorados sin posible regeneración.
Una confortable y aséptica antesala de la muerte.
Sin embargo de esas vidas reducidas a mecanismos orgánicos no han podido abolir totalmente la contraindicación de soñar. Y algunos deciden desertar del acto final de su destino, intentando una escapada de la defunción médicamente certificada, siguiendo un incierto mapa hacia la legendaria fuente de la eterna juventud. Un viaje de regreso a la vida, que es retomar el dolor como dimensión humana, pero también la recuperación del gozo de la libertad perdida. Vivir en la intemperie del alma.
Han transcurrido más de treinta y cinco años desde que La Zaranda emprendiera su andadura teatral realizando una intensa labor de creación que le ha valido gran prestigio internacional. Su trayectoria tiene como constantes teatrales: el compromiso existencial y partir de sus raíces tradicionales para revelar una simbología universal como recursos dramáticos: búsqueda de una poética transcendente sin perder la cotidianidad, uso simbólico de los objetos, el expresionismo visual, la depuración de textos y la creación de personajes límites; y como método de trabajo, un riguroso proceso de creación en comunidad, lejos de fórmulas estereotipadas o efímeras.
Lugar: LAVA , Teatro Sala Concha Velasco
Paseo Zorrilla 101