Se ha dicho de ‘El Quijote’ que es un universo en sí mismo. A Miguel de Cervantes, su creador, le tocó vivir una época de sorprendentes parecidos con nuestra crisis actual. Ron Lalá fiel a sus tres pilares creativos esenciales: teatro, humor y música, nos invita a un viaje del siglo XVII al XXI a lomos de Rocinante en el que las carcajadas se funden con la reflexión, las canciones con las escenas y la participación del público con los textos adaptados de la obra.
En el espectáculo que ahora llega al Teatro Alhambra los ronlaleros recrean las correrías del caballero andante y su escudero y, simultáneamente, el proceso de escritura de la novela por parte de un Cervantes desencantado, sarcástico y lúcido espejo de la terrible situación social, económica y política de la España del Siglo de Oro.
En el escenario del Alhambra, esta vez una imaginaria biblioteca, coinciden el hidalgo Alonso Quijano recreando sus hazañas como caballero andante y Miguel de Cervantes escribiendo su obra maestra. Un delicioso juego teatral nos espera.
El personaje de Cervantes está presente en escena con una doble función: el autor acota, explica, realiza “notas al pie”, detiene o acelera la acción, realiza saltos de tiempos y espacios entre escenas… es el autor como demiurgo, pues presenciamos en directo la creación de su inmortal novela. Pero, por otro lado, asistimos también a su periplo vital, nos asomamos al ser humano: sus cuitas, sus recuerdos, sus dificultades, su “crisis de identidad” (tan reflejada en su ficticio caballero) y su desencanto de veterano de guerra frustrado como humanista, como soldado, como autor teatral, como viajero. Compendio y símbolo de los males que aquejaban a la España culta y humanista, Cervantes supone en sí un personaje no poco quijotesco, trasunto de toda una época.
La duplicidad de planos (plano del Quijote, plano de Cervantes) que plantea En un lugar del Quijote está exprimida al máximo en escena con yuxtaposiciones, juegos, interacción con el público, música en directo de diversos estilos y, como os decíamos anteriormente, siempre presente, el sello de identidad de la compañía madrileña: un humor sutil, irónico, crítico.
Como plantea su director, Yayo Cáceres, enfrentarse a un montaje del Quijote será siempre hacer pie sólo “en un lugar del Quijote” y, a partir de ahí, pelear contra los molinos de viento. Enfrentarse a, quizás, la mejor novela de la literatura universal y además hacer de ella un montaje teatral es de por sí una batalla perdida. ¿Por qué lo hacen entonces? nos preguntaron, la respuesta de Cáceres fue: porque hacer teatro es eso, batallar de manera constante contra molinos, aceptar como norma que siempre es perfectible el artefacto y como un Sísifo levantar la piedra otra vez sabiendo que invariablemente se caerá para ponernos frente a frente con la dificultad de hacer del teatro algo vivo.
No se pierdan esta mirada moderna, sin complejos, con música en directo, de un mito siempre vivo. Este espectáculo abierto, directo, burlesco y dinámico, a la vez culto y popular. Esta maravillosa propuesta escénica para aprender, reír, participar y, sobre todo, revivir el mito del Quijote repensando el presente.
«En un lugar de El Quijote», Ron Lalá en el Teatro Alhambra
Viernes 1 y sábado 2 de abril, 21h. 17€.
Teatro Alhambra (C/Molinos, 56) Granada.
+info: www.teatroalhambra.com