A finales de los años 60, Enrique Forner, fundador de la Bodega, con el asesoramiento del ilustre profesor Emile Peynaud, escogió en la zona de mayor prestigio de vinos finos de la Rioja Alta, la mejor ubicación para la Bodega.
Ambos culminaban así una colaboración fructífera iniciada en Burdeos donde la familia Forner era ya propietaria de un Gran Cru Classé, el Chateau Camensac, así como del Chateau Larose Trintaudon, un Cru Bourgeois Supérieur que perteneció al Duque del Infantado.
Con la incorporación de su hija Cristina, y la colaboración de un grupo entusiasta de profesionales, completó Enrique Forner un equipo que, tras los difíciles comienzos de los primeros años de andadura, fue poco a poco dando a conocer la Bodega y consolidando la imagen y el prestigio de sus vinos.
La intensa labor de Cristina Forner en los mercados de exportación ha permitido elevar Marqués de Cáceres en todo el mundo a las cotas de mayor renombre de entre las marcas de vinos finos de España.