Una mirada a la condena de la invisibilidad
Bajo el título Diferentes, invisibles y ‘outsiders’, este ciclo de cine se integra en la programación pensada
para ampliar el campo interpretativo de Almacén. El lugar de los invisibles, la exposición que se exhibe
estos meses en el Museo Nacional de Escultura.
Las proyecciones tendrán lugar en el jardín del Museo.
La entrada es libre hasta completar aforo
A pesar de la potencia documental de la industria cinematográfica, de su inmensa capacidad para captar la esencia de la vida,
muchas realidades no han tenido acceso a la pantalla. Precisamente la ampliación del registro de lo visible es el objetivo
del ciclo de cine Diferentes, invisibles y ‘outsiders’, integrado por tres películas en las que
sus directores —al igual que ocurre en la exposición del «Almacén»— sacan a luz lo velado, lo recóndito, lo en ocasiones
incómodo, o lo que nadie quiere ver.
Estos tres largometrajes no solo visibilizan realidades ocultas o existencias al margen, sino que en su propuesta estética y narrativa proponen modos de mirar «diferentes», alejados de la complacencia y de los lugares comunes. Una reivindicación de la inmensa capacidad del cine para dejar ver el mundo en todas sus dimensiones y complejidad.
El ciclo arranca el martes 6 con la proyección de Paterson (2016), dirigida por Jim Jarmusch. Paterson (Adam Driver) trabaja como conductor de autobús en Paterson (Nueva Jersey). Cada día el joven despierta junto a su amada Laura (interpretada por Golshifteh Farahani). Ya en pie, se entrega a una rutinaria y discreta existencia que rivaliza con su compromiso diario con la escritura de unos poemas que dan cuenta de su visión del mundo. La película es un homenaje del gran maestro del cine «indie» neoyorkino, a una ciudad, Paterson, que inspiró al poeta William Carlos Williams su mejor obra y a uno de los pioneros del Land Art, Robert Smithson.
El miércoles 7 es el turno de Nanuk, el esquimal (1922). Se trata de una película muda, en blanco y negro, considerada por algunos como el primer documental de la historia. Dirigida por Robert J. Flaherty, narra las duras condiciones de una familia de esquimales en tierra aún inexplorada por la moderna civilización. En este trabajo de inmenso valor histórico, Flaherty ilustra como como en medio de un clima de gran hostilidad, estos «otros» (un tiempo considerados a ojos de los occidentales como auténticos «salvajes») consiguen salir adelante.
El ciclo finaliza el jueves 8 con la proyección de Caras y lugares (2017). En esta cinta, la veterana cineasta Agnès Varda y el fotógrafo JR, se unen en un extraordinario y sorprende viaje por los pueblos de Francia basado en el azar y la creatividad. Este cuaderno de viaje tiene como tercer protagonista a una furgoneta «mágica» donde se imprimen fotografías de gran formato, y que les permitirá experimentar a ambos el contacto con la gente, forjando una amistad basada en sus diferencias y sentido del humor.
Además del cine, la programación de actividades organizada para el mes de agosto se amplía a la ópera (barroca), que tanto tiene que ver con nuestra exposición temporal.. El viernes 30 se proyectará en el patio del Palacio de Villena Dido y Eneas, con música del británico Henry Purcell. El montaje de Deborah Warner se ha convertido en un hito en la historia del género. Al fin de la proyección se ofrecerá un «aperitivo in arte». El coste de la entrada es de 6 € (4 € para los Amigos del Museo), y se podrán retirar a partir de la próxima semana en la librería-tienda del Museo.
Más información: Departamento de Comunicación
Museo Nacional de Escultura
+34 983 998 613 | 983 998 612