Compañía La Mosca Teatro
Todas las personas adultas de este complicado planeta, lo queramos o no, tenemos, cuanto menos, dos situaciones comunes: fuimos niños y, estadísticamente en los sistemas occidentales, tendremos una vejez.
Invariablemente hay una situación que no admite controversia, fuimos niños y transitamos, con mayor o menor fortuna, por una infancia. Pero, ¿Dónde está ese niño? ¿Lo tenemos cerca? ¿Lo cuidamos o lo destruimos en algún momento de nuestra existencia? ¿Somos capaces de reconocerlo? ¿Le necesitamos? ¿Nos ayuda, o nos impide crecer? ¿Hemos salido de la infancia? ¿Podemos reconciliarnos con él? Estas y algunas más preguntas son susceptibles de hacer en cualquier paso de nuestro particular camino por la existencia. Este espectáculo transita por la necesidad del protagonista de reconciliarse con aquel niño interior que continúa esperándole desde hace un tiempo lejano en el que decidió aislarse de él y, por ende, de sí mismo. En su ditirámbica incapacidad se encuentra abrumado por unos personajes transversales que entran y salen de su pasado y su presente; cuestionándole, suplicándole, ordenándole, hasta el resultado final.