Patente de Corso en el Teatro Felipe VI de Estepona. Tratado Ibérico del hijoputismo. Luciano posee una patente de corso auténtica, con casi dos siglos de antigüedad y firmada por el mismísimo Fernando VII, que quiere vender. Asegura que con ella se puede estafar, robar, malversar, saquear y desfalcar, con todos lo papeles en regla y la firma del rey. Mariano, un ciudadano harto de estar harto al que la vida lo ha tratado de forma despiadada, la quiere comprar, Quiere convertirse en un hijo de la gran puta. Aceptando el lado oscuro de los seres humanos como parte intrínseca de su naturaleza – nuestros personajes, uno desde la sabiduría y la retranca, otro desde la desesperación, ambos desde la soledad-, a través de sus charlas eclécticas, se pasean por las sombras y las luces de nuestras realidades.