Quiero tener la voz de Joe Cocker (perdida llamada). Perdida llamada es un monólogo telefónico-dramático angustioso y existencialista. El protagonista de esta llamada, que responde a la sigla de T., ha de enfrentarse a terribles adversarios telefónicos en su incesante búsqueda de la verdad y de la responsabilidad.
Quiero tener la voz de Joe Cocker (perdida llamada)
Parte de un acontecimiento cotidiano, el de una reclamación telefónica por una factura errónea, para luego transitar por derroteros fantásticos pero verosímiles y hablar con la presidenta del consejo de administración de una gran compañía de telecomunicaciones o con la mismísima directora del Fondo Monetario Internacional.
El más célebre monólogo telefónico-dramático es La voz humana, escrito por el dramaturgo francés Jean Cocteau en el año 1928. Desde entonces, su terrible historia ha sido representada en teatros de todo el mundo.
Nuestra Perdida Llamada interrumpe una representación de La voz humana. Es un monólogo dentro de otro monólogo. Es una llamada de teléfono dentro de otra llamada de teléfono. Es metatelefonía. Es metateatro.
…pienso en Joe Cocker, pienso en el cantante Joe Cocker, un auténtico boxeador de la voz, no se reirían de mí por teléfono si yo tuviese la voz de Joe Cocker, imagino a Joe Cocker hablando por teléfono, si yo tuviese la voz de Joe Cocker al teléfono jamás se reirían de mí, me tomarían en serio todos los teleoperadores, provocaría temor en teleoperadores de todo el mundo, yo quiero tener la voz de Joe Cocker, Joe Cocker desayunaba teleoperadores crudos al levantarse, Joe Cocker hacía gárgaras con arena, Joe Cocker no hablaba, rugía, Joe Cocker no cantaba, reverberaba en el espacio y en el tiempo, Joe Cocker es un Big Bang sónico, al principio no había nada, después se oyó a Joe Cocker, Joe Cocker, quiero tener la voz de Joe Cocker cantando High Time We Went…
…pienso en el suicidio porque siento un tornillo infinito que va penetrando en mi corazón, eso es lo que me provocas, el presidente del gobierno de mi país no puede hacer nada, el presidente del gobierno de mi país me dice que creará una comisión ministerial, ¿me aseguras que si hablo con la ministra de industria esta no eludirá también su responsabilidad y me comunicará con el secretario de estado?, ¿me aseguras que el secretario de estado no eludirá también su responsabilidad y me comunicará, a su vez, con el secretario del secretario de estado?, ¿me aseguras que no iré descendiendo lentamente?, ¿me aseguras que nadie eludirá su responsabilidad?, al final de ese descenso, una pobre funcionaria, pegada a una silla incómoda en el sótano de una ignota propiedad estatal, la última de las últimas representantes del estado, me hará cambiar de sentido, me hará dar media vuelta y emprender de nuevo el ascenso…
…vuelve esa melodía, me taladra el hemisferio izquierdo de mi cerebro, visualizo a mis neuronas suicidándose, arrojándose desde los pliegues de mi corteza cerebral como si fuese el filo de un gran precipicio en un ritual de muerte y destrucción, estas llamadas telefónicas destruirán neuronas por centenares de miles, sigue sonando y descubro el bucle, el momento en el que el final de la canción enlaza con el principio, ahí está, la demostración de que el infierno es infinito, cuando la canción enlaza principio y fin, el infierno, el infierno…
Viernes 22 de febrero. 21h. Ant 10€.
La Cochera Cabaret. Av. de los Guindos, 19, 29004 Málaga.
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