Desde que Raquel Barnatán expusiera sus primeros cuadros en la galería Sibel de Estambul en 1976, su pintura ha ido evolucionando hacia un personal mundo onírico en el que las variaciones cromáticas y los temas escogidos dan salida a la interesante combinación de sus pasiones: la literatura y las artes plásticas. Tras ser galardonada con premios como el del Foro Internacional de las Artes por su Excelencia en Promover la Paz por Medio del Arte (Art Quake Kyoto, 2015) y exponer en países como Japón (Museo de Kioto), Francia, España o Turquía -lugar en el que la artista nacida en Argentina reside a caballo con Madrid-, el Espacio Cultural Abierto nos ofrece ahora una retrospectiva de su obra.
La exposición, que se podrá ver del 14 al 23 de noviembre, presenta una selección de una veintena de piezas, entre acrílicos, técnicas mixtas y máscaras venecianas pintadas por la autora. Sus frecuentes viajes por Europa y Asia, algunas culturas de la Antigüedad, como la hitita, y su imaginación son fuente constante de inspiración para representar a sus particulares diosas, componer paisajes -a medio camino entre la figuración y la abstracción- o mostrarnos sus poéticas lunas. El conjunto supone una ocasión para contemplar algunas piezas nunca antes exhibidas en España y pertenecientes a sus diversas etapas, desde la más colorista a la más luminosa y blanca.