Obra gráfica que Jesús López-Araquistain que supone una nueva vuelta de tuerca en su capacidad por representar abstractos conceptos y conocidos relatos, trasladando las herramientas básicas del “recado de escribir” (el papel, la pluma y la tinta) al de “dibujar”, fundiendo ambas miradas en personales y expresivos caligramas.
Hasta el 21 de octubre
Planta Baja Milán (Calle La Cigüeña, 10)