Obra de teatro de Juan Mayorga que mezcla el ajedrez y la Guerra Fría mostrando como los hombres viven las vidas de otros. Bailén y Waterloo -que han tomado esos nombres de derrotas napoléonicas- reconstruyen ante un muchacho el gran duelo de Reikiavik: el campeonato del mundo de ajedrez que allí disputaron, en plena Guerra Fría, el soviético Boris Spasski y el estadounidense Bobby Fischer, que significó algo más que una simple partida de ajedrez.
Reikiavik llega al Auditorio de León el próximo 19 de noviembre. En ella se cuenta como Bailén y Waterloo están unidos y separados por un tablero. Pero ellos no juegan al ajedrez, juegan a Reikiavik. Juegan a ser Bobby Fischer, Boris Spasski, el árbitro alemán, el guardaespaldas islandés, la madre de Bobby, la segunda esposa de Boris, las novias que Bobby no tuvo, cien niños despidiendo a Boris puño en alto en el aeropuerto de Moscú, Henry Kissinger, el fantasma de Stalin, el Soviet Supremo, el caballo negro amenazando al alfil blanco, los padres ausentes, los campeones muertos…
No es la primera vez que hacen algo así, pero sí la primera vez que lo hacen ante un tercero: un muchacho extraviado. Y nunca lo habían hecho con tanta pasión. Porque hoy buscan no sólo comprender qué sucedió realmente en Reikiavik, qué estaba realmente en juego en Reikiavik. Hoy, Waterloo y Bailén buscan un heredero. Reikiavik llega al Auditorio de León el próximo 19 de noviembre con entradas al precio de 15€