Las cosas que sabemos de la vida de José Antono Martín Yáñez, el Salao, nos las han contado otras personas. Que nació en Alemania y que es hijo de andaluces del pueblo de Alosno, cuna del fandango. Que antes de que le llamasen el Salao, cuando era adolescente le llamaban el Furia y cantaba rumba. Que hizo el circuito de tablaos y vio mundo con el cuadro flamenco de Joaquín Cortés. Que después de eso, estuvo desaparecido de escena durante mucho tiempo.
Él es muy tímido y apenas habla de esas cosas. De hecho, es hombre de muy pocas palabras. También sabemos que ha sufrido mucho. Pero esto no hacía falta que nos lo contase nadie. Nos damos cuenta siempre que le oímos cantar. El Salao canta sus penas y sus alegrías. Ni más ni menos. Lo hace de una manera que hiela la sangre pero que no gusta a los tradicionalistas del flamenco. Cambia los palos sin avisar, se salta el compás. No lo puede evitar, porque es un espíritu libre. Roger Roca para Tots Sants El debut de Salao ha salido a la luz este 2014 con Jara en el camino, con letras del cantaor y otras populares extraídas de la obra Colección de Cantes Flamencos de Antonio Machado y Álvarez (Demófilo). Su primer trabajo discográfico ha sido grabado bajo la producción de Juan Gómez ‘Chicuelo’ y David Cerreduela. Cuenta con la participación musical de Isaac Vigueras, David Domínguez, Raúl Levia, Jordi Bonell, Martín Meléndez y Luis Amador, además de Chicuelo y Cerreduela.
