Año 2009, una banda vizcaína irrumpe en la escena del Rock estatal.
Con su primer trabajo, aquel sorprendente “Latidos”, consiguen el reconocimiento de público y prensa especializada. Tras una larga gira de presentación, la banda llega a medios poco afines a los sonidos más duros y es entonces cuando se hace evidente que SHINOVA no es una banda encasillable en una sola vertiente musical o en un estilo determinado.
Con su segundo disco, “La Ceremonia de la Confusión” (2011) el grupo encrudece su sonido, vuelve a la carretera y, tras dos años de actuaciones en vivo, afianza un merecido hueco dentro de una escena musical cada vez menos accesible para las bandas jóvenes.
En 2014, SHINOVA graba su álbum más arriesgado: “Ana y el Artista Temerario”.
Este nuevo disco puede acercarse por momentos a estilos de bandas como Biffy Clyro, Pearl Jam, Foo Fighters, o The Killers, pero siempre manteniendo la fuerte personalidad del grupo, tan reconocible en cualquiera de sus trabajos.
Volver (2016), el nuevo trabajo de SHINOVA, representa la evolución de una banda para la que el crecimiento artístico y compositivo parece no tener límite. Sin perder su característica personalidad, este disco reúne doce nuevas canciones que navegan a través de paisajes nunca antes visitados por la banda vizcaína.
Siendo apreciables las influencias Pop, Rock, e incluso Folk de “Volver”, el factor más destacable es la marcada personalidad de la banda, que junto a la originalidad de su propuesta consigue desmarcarse de cualquier etiqueta simplista. En algunos momentos, su sonido nos puede resultar familiar, pero lo cierto es que no hay nada que suene igual.
Estas doce nuevas canciones, de estructuras compositivas más elaboradas que las de sus anteriores trabajos, rezuman intensidad en cada nota, presentándose como potenciales “himnos de directo”. Las peculiares letras, que destacan por su carga emocional, nos regalan historias que por momentos se acercan a la narrativa cinematográfica, pero sin alejarse de la poesía de lo cotidiano.
