Sueño de navegante, exposición de arte cubano en la sede Afundación de A Coruña
La diversidad y riqueza en esta Colección se traducen en la pluralidad con la que se relata la historia pasada y presente: a través de la esencia de las raíces, de la revisitación del “yo”, del sueño, y del propio viaje que supone la identidad.
La muestra propone una mirada sobre la cubanidad junto a una visión más introspectiva y mística, vinculada a lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Es así, como descubriéndonos en ese sueño y en ese viaje, en la búsqueda de las raíces, es posible desvelar en la muestra, desde la narración y el parafraseo visual, lazos con Galicia, esa otra tierra de donde navegantes, migrantes, soñadores, partieron hacia la isla de Cuba y dejaron parte de su huella en 500 años de historia que comprenden un cúmulo insospechado de legados a ambos lados del océano.
Sin evocar una cronología precisa, la exposición discurre por una serie de piezas, memorias y viajes imaginados, donde se reconstruye la historia visual y cultural de una nación narrada en la voz de sus propios artistas
Entrelazadas por una historia común, un tronco originario del cual, mezclado con otras raíces surgieron ramas de singularidad excepcional, la cultura cubana y la española poseen numerosos elementos en común. La idiosincrasia, muchas de las tradiciones, vocablos, refranes y maneras de ver la vida, son el fruto del flujo constante entre una tierra y la otra, que durante siglos, fraguó la relación entre estos dos países.
Artistas españoles de toda índole viajaron a tierras cubanas para poder entender y comprender todo su trabajo, pero no solo los artistas plásticos sino también literatos, bailarines, músicos, intelectuales… Comprender el arte cubano resulta casi imposible entonces sin tener en cuenta su origen y el constante regreso a las raíces tricontinentales de Europa, África y Latinoamérica. Producto de los innumerables préstamos que en estos viajes se han generado, se ha configurado, con los años, la identidad del arte de la Isla.
Una treintena de artistas ofrecen un diálogo a través de sus pinturas, esculturas, fotografías e instalaciones, creadas entre 1988 y 2018
Más allá de estilos, técnicas o pertenencia a movimientos artísticos, algo que se plantea como un tronco común en el arte cubano es la presencia de su idiosincrasia. Una idiosincrasia única y singular, que, si bien encuentra puntos en común con otras culturas, pone de manifiesto quiénes somos y de dónde venimos. Y en esa búsqueda por aquellos elementos que afianzan la relación cultural e histórica entre Cuba y España el arte se ha convertido en un escenario donde palpar esas interconexiones.
Uno de los rasgos que ha sustentado la creación y la cultura gallega ha sido precisamente su arraigado misticismo: sus creencias, sus mitos, parte de sus tradiciones que han quedado documentadas y que han trascendido a su literatura, su música, su arte. Ello también lo posee la cultura cubana, por un lado como parte de un legado, por los mitos y los ritos que fueron llevados a la Isla por quienes de Galicia y tantas otras regiones encontraron en esa otra tierra su nuevo hogar, o su sitio de tránsito; o por los constantes intercambios artísticos e intelectuales que en la Isla tuvieron lugar. Así como por esa mezcla que sustenta la identidad cubana, fundamentalmente aborigen, africana y española, que ha forjado una noción mística para los isleños y que, más allá de una actividad espiritual, se concibe como una actitud ante la vida, una manera de verla y una forma de vivirla, arraigada al propio ser.
ARTISTAS:
Alfredo Sosabravo | Manuel Mendive | Pedro Pablo Oliva | Roberto Fabelo | Santiago Olazábal | Moisés Finalé | José Bedia | Raúl Cañibano | Rafael Pérez Alonso | Carlos Quintana | Ernesto Rancaño | Carlos Otero | Ira Kononenko | Alexis Leyva Machado (KCHO) | Luis Enrique Camejo | Roberto Diago | Vicente Hernández | Juan Carlos Pérez Balseiro | Niels Reyes | Gabriel Sánchez Toledo | Jorge Otero | Elizabet Cerviño | Alejandro Gómez Cangas | Mabel Poblet | Linet Sánchez | Daniela Águila