TEMPORADA OSCYL 16 2017-2018 TURNO 2
OSCyL
Orquesta Sinfónica de Castilla y León
Eliahu Inbal, director
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), Sinfonía n.º 25 en sol menor, K. 183/173dB
Felix Mendelssohn (1809-1847), Concierto para violín en mi menor, op. 64
Antonín Dvořák (1841-1904), Sinfonía n.º 8 en sol mayor, op. 88
La Sinfonía n.º 25 de Mozart podría enmarcarse en el periodo Sturm und Drang (en el que se daba libertad de expresión a la subjetividad), y es una composición inusual en la producción del autor por sus contrastes y choques armónicos. Conecta coherentemente con la que se escuchará a continuación, el Concierto para violín en mi menor de Mendelssohn, obra muy programada que da la oportunidad de triunfar con una escritura para violín supuestamente sencilla, debido a que consigue gran inmediatez gracias sobre todo a sus magníficas melodías.
Mendelssohn supondrá una buena ocasión para escuchar al violinista italiano Augustin Hadelich: ganador de un premio Emmy en 2016 por su disco con obras de Dutilleux, ha realizado una deslumbrante carrera norteamericana, y ha participado como solista con las Sinfónicas de San Francisco, Boston y Chicago, la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta de Filadelfia. De su interpretación del Concierto de Dvořák, la revista Mozart2006 ha afirmado que Hadelich «evidencia una bella musicalidad, una técnica muy completa y buena capacidad para el aliento melódico».
Y, hablando de Dvořák, en la segunda parte de este concierto podremos disfrutar de una de sus sinfonías más características: la n.º 8, una pieza absolutamente irresistible, repleta de sabor popular. Lo que pueden hacer con ella la OSCyL y el principal director invitado, Eliahu Inbal, hace que ese momento ya se espere con impaciencia. La capacidad del israelí para dar un carácter muy especial a lo que dirige y a la vez convencer a crítica y público es innegable. Por ejemplo, la revista Codalario ha escrito sobre la Séptima de otro autor romántico, Bruckner, en Valladolid (2017), que propició «un ritmo vivo y unos contrastes muy bien resueltos (…), entre otras cosas por la ductilidad con la que el director afrontó la sinfonía». Cabe esperar, por tanto, algo realmente memorable de esta velada.