El próximo 12 de mayo se representará en el Teatro Circo de Murcia ‘Una mujer en la ventana de de Franz Xaver Kroetz, una historia que no dejará indiferente a nadie.
La obra trata de la historia de una mujer mayor, todavía en buenas condiciones físicas y con ganas de vivir independiente, que tiene que aceptar ir a una residencia de ancianos. El dueño del edificio, donde la mujer lleva más de cuarenta años, ha conseguido que lo declaren en ruinas. Por esa razón tiene que abandonar su casa e ingresar en la residencia. Su hijo va a venir a recogerla por la mañana temprano para ayudar a empaquetar y llevarla a su nuevo hogar. La obra transcurre cuando la mujer, antes de irse a la cama, empieza a seleccionar las cosas que se puede llevar. Claro está que si fuera por ella se llevaría todo, pues todas las cosas que la mujer tiene en su casa tienen para ella muchísimo valor sentimental y todas y cada una de las cosa que ha ido reuniendo a los largo de muchos años le recuerdan distintos momentos de su larga vida: desde las cachimbas del marido, hasta el canapé donde descansaba después de comer, “el cuadro moderno” recuerdo que se trajeron de algún viaje o su pajarito que, ignorante de todo – pía en la jaula– sin ser consciente de que esta será la última noche que pasen juntos después de tantos años. Esos recuerdos, o la mayoría, “habrá que abandonarlos porque seguro que en la residencia estará con otra vieja en la habitación y no habrá espacio para todo”. Incluso su radio le será difícil mantener, pues a su nueva compañera de habitación no le gustará los mismo programas que a ella. En su nueva vida no cabe todo lo que le une al pasado. Ella nunca quiso comprarse una televisión, pues así tenía la excusa de ir a verla a casa de su hijo y así poder estar alguna noche con su nieto viendo algún programa. Ahora le resultará difícil ir a la casa de su hijo, ya que la residencia se encuentra en las afueras de la ciudad, lejos de donde vive y por otro lado allí, en su nuevo hogar, habrá una sala donde todos podrán ver juntos la televisión. De eso trata la obra, del final de la vida de muchas personas que vivieron apegadas a la familia durante toda su vida y en el final del trayecto sin quererlo, tienen que quedarse solas , fuera de su casa, de su entorno y conviviendo con desconocidos que, como ella misma dice, en un momento de la obra “ vaya usted a saber si no me toca por compañera, una vieja gruñona, que ya sabemos que la gente mayor es muy latosa”. Lllevar a escena en este momento Una mujer en la ventana tiene cierto eco de los desterrados de la tierra: los refugiados, los emigrantes, los desahuciados y todas aquellas personas, en contra de su voluntad se ven obligados a abandonar el lugar donde han vivido siempre.