Hijos bastardos del Rock and Roll vieron la luz en el año 1980, en una Barcelona con la fetidez de la dictadura franquista aún presente. A través de un anuncio en una tienda de instrumentos musicales, se encontraron dos hermanos criados en los suburbios de Paris; Miguel y Manuel Alférez. Y dos jóvenes amigos del barrio de Poble Sec; Xavier Vilaró y Carlos Treviño, acababa de nacer Decibelios. Posteriormente y tras la marcha de Xavier Vilaró, entró en la banda Manel Domenech, ex Masturbadores Mongólicos. Las influencias musicales de Decibelios fueron el Rock Duro y el Punk, porque se adaptaba perfectamente a las letras que tuvieron, y siguen teniendo, un fuerte componente de denuncia social aderezado con singulares toques de humor. Conscientes y orgullosos de su origen humilde, Decibelios, supo crear sus propias señas de identidad a través de lo que denominaron Rock Putrefacto. Motivado por la pestilencia del metro de Barcelona con el que se movían por la ciudad.