Francisca de Asís Taboada, la joven y atractiva marquesa viuda de Andrade, sufre el clima asfixiante del conservadurismo de la aristocracia y la alta burguesía de finales del XIX. Francisca conoce a Diego Pacheco, un muchacho de buena sociedad con fama de conquistador. Lejos de resignarse a reprimir sus deseos e ilusiones, decide dejar de plegarse a la moral sexual de su entorno y no ya entregarse sin miedo al placer, sino capitanear la relación admitiendo que uno debe intentar ser protagonista de su propia historia.