A lo largo de siete asaltos cuatro actores-improvisadores deben crear historias diferentes a partir de los títulos y las sugerencias del público, que será quien emita el veredicto final. Una pelea teatral, un videojuego hecho teatro, siete improvisaciones vertiginosas. Todo ello con un cuidado montaje de luces, sonido y proyecciones que hace de cada velada una fiesta.