En Alboroto la cocina es una pasión. Un sentimiento arraigado que se demuestra en unos deliciosos platos realizados con amor y a fuego lento.
Su colorida barra invita al tapeo, siempre con ambiente, el vermú se puede convertir en torero y comenzar un pinchito, para continuar con una ensalada de pulpo o un guiso de bacalao rematándolo con un postre o un cóctel, lo que prefieras. El gusanillo de la fiesta ya se te habrá metido en el cuerpo y quizá ya sea el momento de pedir una copa.
C/Huelva, 3. (Paralela a Esteban Sáez de Alvarado)